viernes, marzo 06, 2009

CON DEBATE LLEGÓ MUERTE


Yo que nada sé y nada pretendo, ni convencer a nadie, ni siquiera que lo cual digo sirva para algo; sino, que atraído por el rebumbio de la polémica, digo, me asomé a esta ventana como quien sale a la puerta de su casa para hablar con los vecinos. Tampoco se encuentra entre mis pretensiones poner acento ninguno o rima, y manifiesto que el único ritmo que conozco es el de la verbena de mi barrio. Hechas todas estas advertencias, yo pecador, me confieso analfabeto.

"Quién hace tanta bulla y ni deja
testar las islas que van quedando.

Un poco más de consideración
en cuanto será tarde, temprano,
.................................................." (1)

No creo que mi hermano Fernando Luis haya querido erigirse en pastor de versos, capitán de navío literario, sumo pontífice del saber u otra cosa parecida. Sencillamente ha expresado su opinión de la mejor forma posible para él.
Ahora bien, creo que un tal Descartes (o San Agustín, vaya usted a decir) afirmó que se puede dudar de todo menos de que existe (¡que me perdone el profesor García Calvo!) la duda; en cualquier caso, construyó su famoso "Discurso del Método" sobre esta premisa.

Tengo entendido que hay personas con muy buen oído para la música y llegan a ser, seguramente a base de ensayo, buenos intérpretes; por ejemplo, en mis años de juventud se hablaba mucho de "Los Escarabajos" ingleses, tal una correspondencia a lo cual veníamos diciendo.
No desprecio los conocimientos, pues hubo una época en la que los "estudiados" eran bien considerados. A pesar de todo, no debemos olvidar que escribir vale para comunicarse, pero también para firmar una pena de muerte.

Alguien me contó que Rafael Alberti nació en Santa María del Puerto (Cádiz) en 1.902 y nunca acabó el Bachiller Elemental. Cuando abandonó la bahía gaditana a los 14 años, -aproximadamente- porque su padre se trasladó a Madrid, por razones laborales; visitaba todos los días el Museo del Prado buscando nuevos alientos para su alma de pintor.


"Llegó el azul. Y se pintó su tiempo." (2)

Pero la capital de España produjo, con el tiempo, una gran melancolía en su espíritu a causa de la añoranza del mar .

"¡Qué altos
los balcones de mi casa!
Pero no se ve la mar
¡qué bajos!
Sube, sube, balcón mío,
trepa el aire, sin parar:
..................................... " (3)

Y comenzó, sin querer, a escribir "Marinero en Tierra". Luego, animado por un amigo lo presentó al Premio Nacional de Literatura y lo ganó. Creo que formaban parte del jurado Juan Ramón Jiménez y don Antonio Machado, además.
Por otro lado, se comenta que Carlos Oroza es casi tan burro como yo y tiene fama de buen poeta.
En 1.910 vió la luz Miguel Hernández que cursó la enseñanza primaria, a duras penas, y pronto tuvo que convertirse en pastor de cabras para ayudar a su humilde familia; no obstante, actualmente lo tienen que estudiar los niños en el colegio.


"Hablo, y el corazón me sale en el aliento..." (4)

En una situación similar apareció, más allá del océano Atlántico, un gigantesco poeta llamado Cesar Vallejo, gloria de Perú. Se trata de seres bien dotados para la poesía que han creado escuela.

Debería ser bueno empaparse de libros, como hizo Jorge Cuña Casasbellas; según los expertos un extraordinario (¡lo siento!, don Agustín) poeta; pero, sobre todo, una persona auténtica, una amistad fiel, una inteligencia sutil y, en algunos asuntos, el más grande de todos. Sigo llorando -resulta inevitable- su muerte y quienes le conocieron jamás le podrán olvidar. Nos hicimos amigos a finales de la década de los sesenta; ambos frecuentábamos el Ateneo y él salía con Marié de Uña -la que fue después su primera esposa- una hermosa joven de aquella, rebotada del Club Lámbrica que había fundado nuestro hermano Rogelio, tan proclive a esas iniciativas. En 1.970 recitamos juntos (uno tras otro dentro del mismo acto) en la Escuela de Ingenieros Técnicos Industriales (denominación que gusta a los peritos) de Vigo...

Durante años nos encontrábamos bastantes veces en el sindicato anarquista en que ambos militábamos. Él estaba preocupado por los aspectos teóricos del pensamiento libertario y su actitud chocaba un poco con el sentido práctico del resto de los trabajadores, que no compartían del todo su purismo ideológico. En realidad era una respuesta lógica al "status" que cada cual ocupaba. A lo largo de la vida nuestros pasos siguieron la misma senda en las manifestaciones del primero de mayo y otros acontecimientos característicos de la clase obrera como huelgas, sentadas, etc.

Es probable que el objetivo de la vida sea la felicidad y uno se puede acercar a ella satisfaciendo sus gustos. Menos importante es el resto de los negocios.

Jorge
siempre cosechó mucho éxito entre las mujeres: sus largos cabellos rubios, sus ojos azules, su piel sonrosada, su timidez, su tierna forma de hablar, le proporcionaban un aspecto angelical que hacía estragos en las bellas del otro sexo.
En un momento determinado su matrimonio se malogró, llegó el divorcio y una encantadora mujer entró en su vida...Lola Varela, a la que recuerdo con enorme cariño, estaba profundamente enamorada de él; lo cuidó con sumo celo y mimo, se adaptó a su bohemia personalidad, vivieron en distintas localidades de la Ibérica Península, en las cuales fue dejando la pareja su huella...Tras un período feliz su relación empezó a padecer serias crisis que acabaron agotando el amor.
Con el nuevo divorcio retorna a la casa materna, cura la tremenda herida y ya recuperado, poco después, encuentra su últíma compañera. Una voz algo grave que escuché en contadas ocasiones, pues coincide con una etapa de mi vida en la cual apenas me muevo por las calles de Pontevedra. Ella me habló un día de su amistad con mi hermana.


Fui un conocedor privilegiado de "Mantis", inspirado -según Jorge Cuña- en "Poema de emergencia por la muerte de Antonio Sendino". Venía de San Vicente do Mar y me quedé a dormir en Ayos, donde vivían Lola y Jorge. Es una casa Blanca como la arena de la playa; allí se encuentra la tumba del noble Iván, el perro que fue fiel compañero de su padre. "Mantis" ya estaba escrito y Jorge lo había grabado en un magnetófono, recitado por él mismo.


" Cuando temblores fueron azules cortinajes
cuando trenzas de oro quisieron corporales
arrancar de tu frente trágica memoria
acaso plácida nostalgia de lejanos esponsales
apenas llamándote ignorada dulcedumbre coronas
de flores nunca imaginarias si estiércol
revolviéndose en la tierra abriste las venas
al viento una no deseada amanecida


Vuelve recuerda fuiste era la cárcel
fuiste en la pared contigua invocado

dime los golpes P4R era la vida

no sé qué gesto fue la muerte
recios ventanales repiten incesantes

nudillos en los hierros que abortan esperanza

Qué horror de campanas mustios los tormentos
qué crueldad en ti y a ti que os nombro
amigos míos en lo más ilimitado de la ausencia
puso extrañas melodías en vuestros labios
visiones amargas que abandonaran vuestros ojos


¿Quién os llama? venid
a la palabra que busca el encuentro vuelve
fuiste en la pared contigua invocado hablaremos
de deseos que ya no pertenecen a los hombres

Recuerda tu también recuerda amigo mío siéntate
en la mesa ignorabas las palabras los hilos
torpes que tejen árbol a tierra
tierra a cielo y cielo a la llamada


Signo de Abraham caído en tu frente

Ignorabas las palabras había cumplimiento
mata siempre el padre en su deseo a hijo

que no reconoce era sí mismo

rechazaste el crimen y tu la víctima Isaac

de los más altos amores sin preguntarse

siquiera si era la nada o sueño

de la nada lo que dejabas vivir


ni los ángeles detienen la mano del verdugo

si el milagro los espanta


Siéntate a la mesa amigo mío

el tablero de ajedrez está dispuesto

nuestros dedos mueven como hilos engañosas

marionetas de un imposible condenado

Se desplaza o el caballo o juega el peón o la torre
gesto definitivo ¡no atrás! el error era la culpa

sólo el azar ama tanto lo determinado

Sabíamos a veces frecuenta el sacrificio
último júbilo irrepetible
el beso más tierno de la muerte

Disculpad amigos hondo sufrimiento mi audacia

si nos llamo y os quisiera tan cerca de mi

en esta segunda destrucción ¿quién quisiera retornar?

reclama aquél que pone habitáculos a lo muerto

cuando único vosotros decís la existencia.


Tañían las campanas se hizo crepúsculo
voces martilleantes el ángelus

despertad a los muertos

íntimas sonoridades bodegas sensitivas
que habrán fermentado grotesco los misterios
allí aparición quien confundía donde no
y verde sería quizá el aliento de la nada si estéril
germinase la melancolía del cuerpo desleída
interminable carne tangible en labios sexo-laberinto
a borde cerrada la nostalgia orilla
nostalgia camino cadena los encuentros

verde podría ser de la nada quizá el aliento reclama
sin embargo quien pone habitáculos a lo muerto

(Jorge Cuña Casasbellas, fragmento de "Mantis")


Estuvimos escuchando la triste voz que desgranaba los versos de esta elegía dedicada a la memoria de Fernando Aldecoa y Antonio Sendino; vinieron a mi mente los recuerdos de aquel trágico mes de septiembre de 1.978 en el que fallecen mi padre y Antonio, uno de los mejores amigos que he tenido. No pude contener las lágrimas; es más, lloré desconsoladamente; Jorge no esperaba mi reacción e intentó tranquilizarme...Después cenamos y me acosté.
Al día siguiente, cuando veníamos para Pontevedra con Lola al volante del coche, me manifestaron que iban a contraer matrimonio, hice un irónico comentario y, al llegar a nuestra ciudad, nos separamos después de tomar una copa juntos...y así hasta el día de su desaparición.

Sólo nos queda, en su memoria, recordar a otro poeta admirable:


ADIÓS (5)

"¡El otoño ya! ¿Pero por qué añorar un sol eterno, si estamos empeñados en el descubrimiento de la claridad divina, lejos de las gentes que mueren en las estaciones?
Otoño. Nuestra barca, alzándose en las brumas inmóviles, gira hacia el puerto de la miseria, la ciudad enorme con su cielo maculado de fuego y lodo. ¡Ah, los harapos podridos, el pan empapado de lluvia, la embriaguez, los mil amores que me han crucificado!. ¡De modo que nunca ha de acabar esta reina voraz de millones de almas y de cuerpos muertos y que serán juzgados! Yo me vuelvo a ver con la piel roída por el fango y la peste, las axilas y los cabellos llenos de gusanos y con otros más gruesos aún el corazón, yacente entre desconocidos sin edad, sin sentimiento...Hubiera podido morir allí... ¡Que horrible evocación! Detesto la miseria. ¡Y temo al invierno porque es la estación de la comodidad!
A veces veo en el cielo playas sin fin, cubiertas de blancas y gozosas naciones. Por encima de mí, un gran navío de oro agita sus pabellones multicolores bajo las brisas matinales. Yo he creado todas las fiestas, todos los triunfos, todos los dramas. He tratado de inventar nuevas flores, nuevos astros, nuevas carnes, nuevas lenguas. Yo he creído adquirir poderes sobrenaturales. ¡Pues bien! Tengo que enterrar mi imaginación y mis recuerdos! Una hermosa gloria de artista y de narrador desvanecida!
¡Yo! Yo que me titulara ángel o mago, que me dispensé de toda moral, soy devuelto a la tierra, con un deber de perseguir la rugosa realidad para estrechar! Campesino!
¿Estoy engañado? ¿Sería para mi la caridad hermana de la muerte?
En fin, pediré perdón por haberme nutrido de mentira. Y vamos. ¡Pero ni una mano amiga! ¿Y dónde conseguir socorro?

Sí, la nueva hora es, por lo menos, muy severa.

Pues yo puedo decir que alcancé la victoria: el rechinar de dientes, los silbidos de fuego, los suspiros pestilentes, se moderan. Todos los recuerdos inmundos se borran. Mis últimas añoranzas se escabullen - celos de los mendigos, de los bandoleros, de los amigos de la muerte, de los retardados de todas clases. ¡Si yo me vengara, condenados! Hay que ser absolutamente moderno.
Nada de cánticos: conservar lo ganado. ¡Dura noche! La sangre seca humea sobre mi rostro, y no tengo cosa alguna tras de mí, ¡fuera de ese horrible arbolillo!... El combate espiritual es tan brutal como las batallas de los hombres; pero la visión de la justicia es sólo el placer de Dios.

Entre tanto, estamos en la víspera. Recibamos todos los influjos de vigor y de real ternura. Y a la aurora, armados de una ardiente paciencia, entraremos en las espléndidas ciudades.
¡Qué hablaba yo de mano amiga! Es una buena ventaja que pueda reírme de los viejos amores mentirosos, y cubrir de vergüenza a esas parejas embaucadoras - he visto allá el infierno de las mujeres -; y me será permitido poseer la verdad en un alma y un cuerpo."


(1) Trilce, César Vallejo.
Nació en Santiago de Chuco el 16 de Marzo de 1892, hijo de Francisco de Paula Vallejo y María de los Santos Mendoza.
(2) A la Pintura, Rafael Alberti (1.902-1.999).
(3) Marinero en Tierra (1.924), Rafael Alberti.
(4) Miguel Hernández.

(5) Abril - agosto, 1873; "Una temporada en el infierno", Rimbaud

Ramón Pérez Poza