sábado, junio 13, 2009

LA HISTORIA, ESA MUERTA


I

En el siglo XVIII, un monje llamado Jacques Beaulieu, conocido por el nombre de "Frère Jacques" (de la popular canción infantil francesa) se hizo cirujano itinerante y operaba los cálculos de vejiga, debido a la abundancia de pacientes de la alta sociedad que la padecían por comer carne asada en salazón, a todas horas.
El mariscal duque de Lorges contrató sus servicios, pero antes de someterse a su bisturí decidió hacer una prueba: reunió en su palacio de París a 22 enfermos del mismo mal que fueron intervenidos por Frère Jacques ante los médicos del rey. Éstos opinaron que las operaciones habían sido poco científicas; no obstante, todos los pacientes curaron rápidamente.
A la vista de los buenos resultados, el duque de Lorges visitó el quirófano y murió al día siguiente.

II

Se cuenta que fue cierto y se le achaca a un artista muy conocido en el teatro español, cuyo nombre se oculta:

"- ¿Cuantas botellas eres capaz de beberte en una noche?
- Verás, eso depende. Corrientemente dos. Si la cena es muy buena, tres. Si luego hay tertulia cuatro. Y si yo no pago la cuenta, cinco."

(Historias de la Historia, Carlos Fisas).



III

La historia de los campeonatos de ajedrez celebrados en el siglo XIX registra varios marathones de sesiones; el más destacado, por su duración y categoría, fue el Torneo Internacional de Viena de 1.898: desde el 31 de mayo hasta el 25 de julio se disputaron 38 rondas (20 jugadores en liga a doble vuelta) con una nómina de participantes impresionante (a excepción de Enmanuel Lasker, los mejores del mundo) . Uno de ellos era S. Tarrasch quien contó la siguiente anécdota, acerca del análisis de una partida aplazada que contemplaba una mujer con un niño en el colo:

"Durante más de una hora estudié intensamente el tablero. Desesperado, estaba a punto de retirar las piezas cuando, de pronto, el bebé, que daba muestras de encontrarse a disgusto, extendió su manita en dirección al flanco de dama blanco, me miró con ojos inteligentes y gritó con voz apremiante:

-- ¡Aaaaa!...

La madre, preocupada, se alejó con el niño. Obviamente, no lo entendía. Pero yo sospeché lo que el niño quería decirme. Fue como si mis ojos se hubiesen desprendido de sus escamas: ¡sí tenía que llevar mi torre a la columna a!. Triunfante, me dirigí rápidamente a la sala de juego."


IV

En 1.702, el arzobispo de Borgo San Donnino Alessandro Romovieri fue a visitar al mariscal francés duque de Vendôme en el palacio que ocupaba en Parma. Éste lo recibió mientras estaba sentado en su sillico, bacín alto y redondo de barro vidriado para los excrementos.
In illo tempore,
era usual recibir a las visitas haciendo "pis gordo" (expresión acuñada por Evaristo Acevedo en "El Caso del Analfabeto Sexual"). No obstante, tal recepción no fue del agrado del arzobispo, pues el duque padecía estreñimiento con las pertinaces hemorroides que se derivan, y cuando iba presentando las demandas que allí lo habían conducido, el mariscal -ni corto ni perezoso- irguióse del sillico y le mostró el trasero en tanto pronunciaba las siguientes palabras:

- ¡Estos son los problemas que me preocupan ahora!

El arzobispo se levantó de su sillón y se marchó. Posteriormente envió a un abate para tratar con el mariscal de los problemas, cuestión inevitable; pero eso es otra historia.


V

Desde finales del siglo XV hasta comienzos del XVIII la creencia en la magia permanece injertada en la cristiandad a través del vínculo de Satán, Belcebú, Sammael, Lucifer o como quieran llamarle. Para el hombre del Mil Quinientos, los poderes mágicos de brujas y hechiceros descansaban en un pacto con el demonio, por lo cual se entendía que debían sufrir la pena de muerte en la hoguera.
En 1.484 el papa Inocencio VIII lanzó una Bula en la que denunciaba terribles actos maléficos ocurridos en Alemania; dos años más tarde, los dominicos Sprenger y Krämer publican el libro "El martillo de las brujas" (Malleus maleficarum); también las universidades se hicieron eco de todo lo concerniente a la magia; la mayoría de la población vivía en el campo y era analfabeta: estaban obsesionados con el mundo de los encantamientos.
El francés François Rabelais (1.494-1.553) - que tantas horas de gozosa lectura nos proporcionó con su famoso "Gargantúa y Pantagruel"- fue una de las pocas islas que no se contagió de la pasión (o histeria) general: la caza de brujas.
Hacia 1.538 apareció "Reprobación de las supersticiones y hechicerías", una obra del maestro Pedro Ciruelo, profesor de las Universidades de Alcalá de Henares y Salamanca; al año siguiente, el padre Francisco de Vitoria dedicó el curso a este tema; cuarenta años después, el jurista Jean Bodin presenta en París "Demonomanía de las brujas", donde pidió proceder contra ellas cuando existiese el mínimo rumor popular, las delaciones anónimas, el testimonio de los niños, la utilización del tormento y un castigo mayor que la del fuego lento en la hoguera. Se produjeron miles de asesinatos judiciales en Europa: pobres ancianas que vivían solas fueron interrogadas, torturadas, procesadas y quemadas vivas.


VI

Juana La Loca (1.479-1.555), hija de los Reyes Católicos y, como consecuencia, Reina de Castilla (de 1.504 hasta su muerte); casó en 1.496 con el archiduque de Austria Felipe El Hermoso.
Cuando éste falleció realizó un macabro viaje a través de los caminos, haciendo trasladar su cadáver de pueblo en pueblo: de Burgos a Torquemada, de Torquemada a Hornillos, de Hornillos a Tórtoles, etc.
No consintió que se le enterrase, trastornada por el óbito de su marido comenzó el peculiar cortejo fúnebre, aquella marcha mortuoria iluminada por antorchas cuyas llamas custodiaban el paso por las gélidas mesetas castellanas y el ronroneo de los rezos de los clérigos que acompañaban a la desconsolada viuda en un siniestro espectáculo, impropio a todas luces en una dama -por demás joven- de su condición.
Doña Juana había perdido la razón, se había ganado el apelativo con el que la conoce la historia.


VII

Desde que Grecia logró la independencia del dominio turco en 1.829, el país casi nunca se vió libre de dificultades políticas y económicas. Durante la primera parte del siglo XX, la nación estuvo dividida entre los partidarios de la república y los realistas que abogaban por la monarquía.
Eleutherios Venizelos (1.864-1.936) fue un político liberal griego, nacido en Creta. Entre sus éxitos se cuenta la incorporación a Grecia de su isla natal; desempeñó el cargo de primer ministro entre 1.910 y 1.915, dirigió con acierto la guerra de los Balcanes (1.912-1.913).
Al estallar la primera Guerra Mundial, su firme política aliadófila le enfrentó con el rey Constantino I; obligado a dimitir formó un gobierno rebelde que se estableció en Salónica (1.916) que fue reconocido por las potencias de la Entente. Volvió a ser elegido primer ministro
en 1.924, 1.928-32, 1.932 y 1.933. En 1.935 lideró desde Creta un movimiento revolucionario contra el gobierno conservador de Tsaldaris, que fracasó.
Por este motivo, en febrero de 1.935 resultó ejecutado en Atenas un papagayo, perteneciente al propietario de uno de los restaurantes más importantes de la ciudad, que tenía la costumbre de gritar: ¡Viva Venizelos!, y que no había sabido callar el nombre una vez triunfante la revolución que derribó al político liberal.


VIII

"Cuenta el padre Feijóo que cuando andaban saludadores por el mundo, se hallaba uno en un corro, vio pasar un can y dijo:

- Aquella perra va preñada, parirá siete cachorros y cinco rabiarán.

- No es perra -le dijeron- sino perro.

- Pues si es perro -replicó él sin inmutarse- en verdad que va bien harto."

(Historias de la Historia, Carlos Fisas)


IX

"En tanto que organismos biológicos constituidos de materia, estamos sujetos a las leyes de la física y de la biología; en tanto que personas conscientes que creamos nuestra propia historia, somos libres para decidir que historia será. Sin ciencia careceríamos de la noción de igualdad; sin arte, de la de libertad."

(W. H. Auden, poeta).


X

"A diferencia de mi amo yo soy un ser insignificante. No pasaré a la posteridad. Conozco mi lugar. Soy como una pequeña hormiga que marcha paso a paso en una larga columna de hormigas que se pierde en el horizonte del tiempo. Somos soldados que perecen en batallas de las que ni siquiera nos percatamos que se libran. "

(Giordano Bruno prisionero de la inquisición, Morton Leonard Yanow).


XI

Vino a la memoria de los europeos la antigua leyenda de que en el lejano Oriente existía un poderoso reino llamado la India, cuyo emperador era el Preste Juan y "que su poder excedía al de todos los reyes de la tierra".
Corría el final del siglo XI cuando apareció en Europa la noticia de Asia: no se sabía exactamente donde había un reino cristiano, regido por un sacerdote, obispo o cosa parecida. Se localizaba este reino al sur del lago Baikal, en la China; otros aseguraban que se encontraba en lo que hoy llamamos Irak, Irán y regiones limítrofes y, finalmente, en el siglo XVI se le identificó con el emperador de la actual Etiopía (antigua Abisinia). Sea como fuere, la leyenda de este emperador a quien se le llamó Preste Juan, se hizo popular y reyes y papas quisieron comunicarse con él.
Importancia mundial tuvo la orden de los cistercienses -fundada en el año 1.090 por san Roberto de Champagne- gracias a san Bernardo de Claraval, muerto el 20 de agosto de 1.153. Por iniciativa suya se organizó la Segunda Cruzada (1.146-1.148); durante ella se extendió el rumor de que el Preste Juan había atacado y derrotado, en el lejano Oriente, al reino de los sarracenos para acudir en ayuda de los cruzados, rumor que había excitado a los occidentales. No obstante, y con posterioridad, el silencio se hizo sobre este monarca de fábula y sólo los cristianos nestorianos, diseminados en innumerables comunidades por toda Asia, se obcecaban en la idea de un poderoso reino cristiano en Oriente, en el cual no se permitía la entrada a ningún mahometano.
El papa Eugenio III, discípulo de Inocencio II, en 1.145 se dirigió a los armenios, pues le habían dicho que el Preste Juan era un seguidor de los obispos nestorianos que, allá por el siglo V, hubieron de abandonar Bizancio al ser condenada su doctrina en el Concilio de Éfeso. Según las noticias en poder del sumo pontífice, el Preste Juan gobernaba desde un trono de esmeraldas 100 tribus y tenía a sus órdenes 12 arzobispos y 20 obispos. También se decía que descendía de uno de los tres Reyes Magos. La carta del papa Eugenio III no obtuvo respuesta.
En 1.218, Jacobo de Vitry, obispo y predicador de las cruzadas, autor de la obra "Histoire de Jerusalem", envió cuatro cartas dirigidas a la Universidad de París, al rey Enrique III de Inglaterra, al duque Leopoldo de Austria y al Papa. En todas comunicaba que David "un rey de reyes destruye el reino de los sarracenos y protege a la Santa Iglesia. Jacobo de Vitry creía que era descendiente del Preste Juan y sus vanguardias se hallaban en las fronteras de Mesopotamia. Aunque desde los reinos cristianos de Georgia, Armenia y el Cáucaso llegaron informaciones de que los ejércitos de éstos fueron derrotados, sus ciudades saqueadas y sus castillos arrasados.
Marco Polo -en el relato de sus viajes- no duda en dar explicaciones acerca del Preste Juan. En cualquier caso, ninguno de los textos -tanto orientales como occidentales- coinciden en los protagonistas ni en la fecha -aproximada- de las batallas .
Es probable que, Marco Polo, hablase de Gengis Khan. no olvidemos que la aventura de los mongoles se inicia en 1.171 y que Khan lo pronuncian con la "j" española, pues la grafía procede del inglés que no posee dicho sonido; por tanto, el parecido con Juan pudo generar un mal entendido.


XII

Nacemos donde lo decide la rueda de la fortuna, estamos constituídos de esa o aquella forma por virtud del azar, nuestra única propiedad es la vida y el sólo futuro cierto, la muerte.

(Ramón Pérez Poza).